Viaje al Rincón de Ademuz (1968)

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  • Ed. Nova Terra, Barcelona, 1968, Colec. Actitudes. Serie viajes. Ilustrado con fotografias en blanco y negro al margen del texto. 208 pag 1ª edición
  • Plaza & Janés. Colección Rotativa., 177  Barcelona, 1977, 184 p.

 

Los apuntes siguientes tienen en cuenta la única edición a la cual acudimos, la de 1977.

Dividido en siete partes, este libro ofrece un relato del viaje de una semana (caminando desde Teruel hasta Torrebaja), desde la salida del apartamento hasta el regreso, con dos amigos del escritor, Javier Fábregas y Antonio Orihuela.
Este relato es elaborado a partir de varias fuentes:

  • apuntes del autor
  • apuntes de Javier Fábregas, citadas a veces tal cual (en catalán)
  • fragmentos de libros sobre el Rincón de Ademuz
  • Cartas o postales
  • recortes de periódicos (enviados por Luis Viadel, según indicaciones del autor en el prólogo)

La dedicatoria de este reportaje es para «el Yŭsuf», un sobrino suyo (1979: 54)

Tal como ocurre en Donde la ciudad cambia su nombre, el escritor propone un mapa que le permite al lector captar la singularidad del lugar, un enclave valenciano...

(fragmento de la página 9, ed. 1977)

Don Tomás Arce, el fabuloso cura de Riodeva

Este protagonista aparece dos veces en el reportaje.

Primero, en la presentación del encuentro con don Tómas, con su buen humor, caustico a pesar de la edad, su abnegación, su interés por los visitantes y las fotos de la guerra civil («El fabuloso cura de Riodeva», 1977: 88).

Más tarde, otro cura, don Manuel Valentín, cuenta historias acerca de don Tomás (1977: 157). Estas «historias» le dan un nuevo sentido a la primera narración y permiten hacerse una idea aún más misteriosa acerca del cura de Riodeva «Don Tomás siempre miraba hacia arriba» (1977: 158). Los viajeros -y el lector- entienden entonces el sentido real de las fotos extrañas de la guerra civil: unos "rojos" salvados por el capellán militar del ejercito franquista.

Don Tomás, héroe anónimo, conmueve al escritor: «Pregunté por don Tomás Arce, el cura de Riodeva. Ya había muerto. Aterrra la impasibilidad del tiempo, sus ruedecillas dentadas que mueven ese engranaje inexorablemente destructor» (1977: 165)

La censura

Muy hábilmente, Francisco Candel introduce dos fragmentos censurados previamente en Los Otros catalanes y en Han matado a un hombre, han roto un paisaje:

  • (1977: 79) «Y un fragmento que suprimió censura, digo que decía yo, más o menos, esto: [una página sobre la religión y los curas]
  • (1977: 131) «Tan curiosa anécdota [una pareja la Guardia civil con Carmelo Baños] la conté yo en mi novela Han matado a un hombre, han roto un paisaje pero censura le aplicó el lápiz rojo. Yo no entiendo por qué luego de la Nueva Ley de Prensa los editores no han reeditado los libros completos y sí igualmente mutilados.»

 

 

Blog de Alfredo Sánchez Garzón sobre la relación de Francisco Candel con el Rincón de Ademuz: blog1 / blog2

(continuará...)