Temperamentales (1960)

/album/temperamentales-1960-/temperamentales-destino1960-2-jpg/
/album/temperamentales-1960-/temperamentales-bruguera1969-jpg/
/album/temperamentales-1960-/temperamentales-jpg/

—————


  • Ediciones Destino, Col. Ancora y Delfín, 1960 Barcelona 285 p
  • Editorial Bruguera, Libro amigo, 114, 1969, 335 p
  • Ediciones GP, col. Gran Reno, 1984, Barcelona, 332 p

(Lista no exhaustiva)

 

Yo, y debido a mi enfermedad del pecho, había estado dos temporadas en la fonda de un pueblo catalán de alta montaña. Para mi novela aproveché esos lugares y retraté a mucha gente de la que había en la fonda y en el pueblo. Como de costumbre, era algo más fuerte que yo, que la razón de no tener que hacerlo, que mi razón que me decía que no lo hiciera. Cambié el nombre de la geografía y también el de los personajes, y, al frente de la novela, coloqué la consabida advertencia de que el parecido con la realidad era eso que se dice siempre: coincidencia.

        FC, A cuestas con mis personajes, p. 31

El pueblo al que alude el autor es Cantonigrós, pueblo que en la novela se convierte en "Calafusta".
Esta novela ofrece al lector un testimonio de la cruel realidad de la posguerra, época en la cual la tuberculosis no se podía curar y provocaba miles de víctimas mortales cada año, como lo recuerda el escritor en el prólogo a Brisa del Cerro (novela publicada en 1970 pero escrita en 1952, ver Brisa) : «la tuberculosis ha sido una de mis fuentes de inspiración, como lo fueron y van siendo otras vivencias mías, otros decorados y acontecimientos de mi alrededor.»

Además, los «clientes» de la fonda no podían referirse a su enfermedad frente a la hostilidad del pueblo o al temor de sus vecinos. Ironía del narrador que habla de la «colonia de averiados».
Los largos meses de reposo en las dos temporadas le permitieron al narrador, Armando Muñoa, abrirse a nuevos horizontes literarios con la lectura de novelistas extranjeros (de España, solo menciona Platero y yo de Juan Ramón Jiménez)...

 

Según la cubierta de la edición de Libro amigo (Bruguera), "sarcástico y compasivo a la vez, Candel nos ofrece una «Montaña Mágica»... a nivel de tintorro celtibérico."

Homenaje de Carlos Gimenez a Francisco candel, Romances de andar por casa, Ed. Glenat, 2002